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13.7.15

PENSAO FAVORITA. Oporto


Si Oporto nos enamoró el hotel donde nos alojamos hizo que nuestra experiencia fuese de 10. La Pensão Favorita es un sitio único, un pequeño hotel de 12 habitaciones caracterizado por los pequeños detalles y por una decoración que os resultará perfecta si sois amantes del mobiliario de los años 70.

Nosotros escogimos una de las habitaciones que da a un pequeño jardín interior. Levantarte por la mañana en un edificio histórico de Oporto, con la luz del sol y el verde del jardín es algo que no se puede describir. Estar en el centro de la ciudad sin que lo parezca, como en plena naturaleza, es uno de los pequeños lujos que nos encontramos en Pensão Favorita.

También los desayunos, con productos caseros y zumos y batidos de frutas que van cambiando a cada día. El trato del personal, tan cercano, te hace sentir como en casa.

Además, en el recibidor, tienen una pequeña vitrina con objetos antiguos y de diseño que puedes comprar. De ahí vino el azucarero con forma de hoja que ya se quedará como un recuerdo más de un viaje maravilloso.

¿Algún hotel del que tengáis un recuerdo especial?

Podéis ver más fotos del hotel en mi Instagram: www.instagram.com/Imnotonly

24.6.15

OPORTO. 5 razones para enamorarte


Hace ya casi dos meses que volvimos de Oporto. Casi dos meses intentando pasar por aquí, porque si algo me impulsa a tener este blog y darle pequeñas bocanadas de aire es las ganas de compartir sitios y lugares, que a veces muy cerca, son maravillosos.

Podría encontrar mil razones por las que enamorarme de esta ciudad portuguesa, pero me quedo con 5 que seguro que muchos de sus pretendientes compartimos.

1. En Oporto, como pasa con el buen vino, todo mejora con la edad. Sus empinadas calles, sus mil y un azulejos y su aspecto "viejo" hacen de ella una ciudad única y especial. No busques lo moderno, disfruta de sus tejados rojos y sus casas apretadas. Nada como pasear y dejarse llevar por el romanticismo que se respira al caminar por sus adoquines.


2. Algunos de sus edificios más normales son los más maravillosos. Además de la Catedral o la Torre de los Jerónimos, la estación de San Bento, aún en uso, es uno de sus mayores tesoros. ¡Más de 20.000 azulejos adornan su entrada! También los mercados, como el del Bolhao, merecen una visita. Para curiosos como yo, imprescindible visitar la Librería Lello, famosa por su antigüedad y por salir en una de las películas de Harry Potter :)

3. Ver los atardeceres desde la Ribera del Duero o sentarte a comer o cenar en una de sus terrazas es uno de los mayores placeres que ofrece la ciudad. Las vistas desde el Puente de Don Luis I también son un must, sobre todo en un día despejado cuando el sol refleja en el agua del río, ¡todo un espectáculo!


4. Aprovechar el atardecer en la Ribera del Duero para visitar alguna de las múltiples bodegas de Oporto y hacer una pequeña cata de sus variedades blancas, rosados, Tawny y Rubí. Nosotros escogimos Sandeman, pero la mayor parte de ellas ofrece también visita y degustación. Tampoco puedes irte sin probar una francesinha, un mega sándwich típico portuense no apto para dietas: pan, múltiples carnes y embutidos, huevos y queso todo regado por una contundente salsa.

5. Dejarte llevar por la magia de la ciudad, sus empinadas y estrechas calles y sus balcones llenos de flores. Comprar cerámica portuguesa y descubrir sus tiendas de antigüedades. Relajarte y aprovechar la falta de cobertura para desconectar al 100%, ¡una escapada perfecta!


12.9.13

SI VAS A FRANCIA

Si vas a Francia recuerda que no todo es París. Que el extenso país galo guarda sorpresas en cada rincón y que sus orgullosos habitantes cuidan cada milímetro y exhiben sus maravillas sin ningún pudor.
 
Hoy os enseño cuatro lugares que me conquistaron durante el año que viví en el país vecino, olvidando, por un momento, su famosa capital y avivando la guerra entre parisinos y franceses. 

Foto de Imnotonly

1. Bordeaux, capital de Aquitania, tierra de vinos, es una ciudad armoniosa con mucho que ver. Desde sus construcciones de estilo art déco o su teatro a su promenade por el río Garonne. No os olvidéis de pasar por la Plaza de la Bolsa y observar su miroir d'eau. Este espejo elaborado con una fina capa de agua refresca en los días más calurosos y refleja los magníficos edificios en la noche.

Además, podéis visitar la Duna de Pilat (en la Bahía de Arcachon), la más alta del continente europeo o pueblos vinícolas como Saint-Émilion, Patrimonio de la Humanidad, donde podréis tomar un vino de la tierra y visitar sus más que impresionantes monumentos subterráneos.

No os vayáis sin probar los Canelés de Bordeaux, unos pequeños bizcochos típicos de la zona.

 Foto de Imnotonly

2. Visitar el Mont Saint Michel es como entrar en un cuento. Situado en Normandía, es uno de los monumentos más visitados de Francia. Cuesta creer que algo tan peculiar exista en realidad. Coronado por la Abadía del arcángel San Miguel, el pueblo ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. Para ir, es mejor llevar estudiadas las mareas, ya que cuando el nivel del mar sube, el Mont Saint Michel se convierte en una isla. Un viaje a otra época que se ha de coronar con una comida en La Mére Poulard con sus famosas (y caras) tortillas.

Chambord. Foto de Cycling Loire

3. Tengo debilidad por la zona de Les Chateaux de La Loire. Angers, ciudad que me acogió durante mi periplo francés, forma parte de esta ruta de más de 20 castillos. Chenonceau, Chambord, Azay-le-Rideau o Amboise están entre los más conocidos. Un paseo entre jardines franceses y construcciones de impresión que te transportan a la época de grandes reyes, reinas y sus anécdotas.

No os perdáis las ciudades de Nantes, Tours y Orléans. Tampoco os podéis ir sin probar sus vinos (sobre todo los blancos) y chocolates, como los Quernons d'Ardoise, unos bombones de chocolate azul exclusivos de la confitería La Petite Marquise, en Angers.

Foto de Imnotonly

4. Nada más llegar a Estrasburgo notas la influencia alemana. Y es que la capital de la Alsacia está tan sólo separada del país vecino por el río Rhin. Sus casas con vigas de madera, su comida (¡no me fui sin probar un auténtico choucroute!), su mercado de Navidad (aún quedaban adornos cuando la visité en enero) hacen que su centro histórico sea mágico. Ciudad de comercio, de tranvía, de instituciones europeas y de contrastes. Vale la pena esperar a ver en funcionamiento su reloj astronómico, alojado en la Catedral.

Muy cerquita de Estrasburgo se encuentra Colmar, un pueblo con casas multicolor entre canales al que llaman La Pequeña Venecia. Aquí nació el escultor Frédéric Auguste Bartholdi, creador de la Estatua de la Libertad, cuya obra se aprecia en todos los espacios de esta pequeña villa.


Vosotros, ¿qué lugares recomendaríais, fuera de París, en Francia?


Nota:
Como la memoria a veces no acompaña del todo, he dejado en el olvido direcciones y quizás me equivoque en algún dato. También las fotos, por aquel entonces, no estaban hechas con la réflex, pero algo he podido salvar ;)) Además, todos los viajes fueron en invierno, de ahí los cielos nublados, aunque también, que hubiese menos turistas.

13.8.12

Lisboa, una ciudad para perderse


Lisboa es una ciudad para perderse por sus calles. Bulliciosa pero tranquila al mismo tiempo. Pasear y disfrutar de la música en sus calles, los grafittis en sus muros, y por supuesto, su gastronomía de calidad y a muy buen precio. Como todos los lugares, la capital portuguesa esconde rincones llenos de tradición que chocan con otros locales que emergen sin dejar de lado sus raíces. 


Los bares de la Lisboa más tradicional son pequeños, casi familiares. Para no hacer cola recomiendan llegar antes de las 20.00 horas si es para cenas en fin de semana o festivos. Me quedo con el Restaurante Cabaças (Rua das Gáveas 8-10), que cuenta con la carne a la piedra como especialidad. En la zona de Alfama, justo en frente del Museu do Fado, se encuentra O Cartacheiro, con platos tan típicos como las sardinas a la brasa. Para probar el tan famoso Bacalhau à Brás, cenamos en A Primavera do Jeronimo (Travessa da Espera, 34), un restaurante muy pequeño, con tapas amplias y servicio agradable, ¡100% recomendable!


Cuando dicen que la curiosidad mató al gato es por algo. No pude evitar acercame a Bica do Sapato, un local muy chic que se encuentra en un antiguo almacén del puerto. El sitio en sí, además de contar con John Malkovich como socio, es todo un espectáculo. Un espacio abierto con vistas envidibales, donde, además de algún turista, se reúnen lisboetas elegantes para cenar o tomar un buen cóctel. Como las críticas a la cocina no eran las mejores, nos decantamos por probar las especialidades del Sushi Bar (ni fú ni fa;)).

Si me tengo que quedar con un restaurante, sin duda sería el Lost In Esplanada Bar (Rua D. Pedro V nº 56-D). Una terraza enorme con cojines, sombrillas multicolor y luz de velas con unas vistas impresionantes de Lisboa. El mejor ambiente boho-chic con comida internacional y cócteles, como el CaipiLost, especialidad de la casa. Para llegar desde la parte baja de Lisboa recomiendo coger el metro hasta Restauradores, desde allí subir en el Elevador do Glória y caminar hacia arriba dos o tres minutos, ¡merece la pena! También es aconsejable llamar previamente para aseguraros una mesa. Como está cerca de Barrio Alto, después de cenar podéis acercaros a Portas Largas (Rua Atalaia 105), un pub con buena música en directo y mojitos XXL.


¿Cómo recomendación final? Llevar siempre una goma del pelo a mano, ¡el viento puede ser muy traicionero! y calzado cómodo y plano para las adoquinadas (y empinadas) calles de la ciudad. El billete de 24 horas para transporte público te permite subir también en los elevadores y tranvías, por lo que os podéis ahorrar un dinero, que no viene nada mal, ¿eh?

Con este (mega) post me despido hasta septiembre, unos días de descanso y desconexión no vienen mal a nadie :) Disfrutad de lo que queda de agosto y nos vemos con la vuelta al cole. Seguiré activa por Facebook, Twitter, Instagram...¡cuántas cosas!

Fotografías
1. Elevador do Glória
2. Azulejos muy portugueses
3 y 4. En el Castelo de Sao Jorge
5. Calle en Alfama
6. Grafitti
7. Tranvía
8. Sintra
9. En el Barrio Alto
10. Monasterio de los Jerónimos
11. ¿Nos refrescamos?
12 y 14. Detalles de la Torre de Belém
13. Botellas de Oporto
15. En los jardines del Palacio da Pena
16. Bailarinas Glitter de Pretty Ballerinas




5.8.12

10 must de Lisboa



Ya sabéis el caos que viene después de las vacaciones, más cuando no tienes ni un día para hacerte a la idea de que vuelves al trabajo. Como lo prometido es deuda, os dejo con una lista de 10 cosas que no puedes dejar de hacer en Lisboa, mis must, que seguramente sean los de muchos que visitan la capital portuguesa. Una ciudad sorprendente siempre en ebullición, perfecta para pasear, relajarte y dejarte llevar por sus calles y sonidos.

La siguiente tanda de fotos viene con recomendaciones de locales y restaurantes y algunos consejos prácticos. ¡Obrigada! ;)

1. Sube en el tranvía 28 que pasa por los principales puntos turísticos, ¡toda una experiencia! Tampoco te pierdas el elevador de Santa Justa o el de do Glória.
2. Piérdete en la noche de Barrio Alto. Cócteles, diversidad y mucha música en vivo. Jazz, bossa nova o fado, ¡tú eliges!
3. Disfruta de las vistas de la ciudad desde alguno de sus miradores. Santa Luzia o el Castelo de Sao Jorge son una buena opción.
4. Prueba el bacalhau à Brás o las sardinas a la brasa en alguno de sus bares más familiares.
5. Tómate un café en A Brasileira, la cafetería más antigua de la capital.
6. Compra unos Pastéis de Belém en la pastelería que les dio nombre y forma. 
7. Acércate a Sintra, a unos 30 km de Lisboa y pasea por los jardines del Palacio da Pena o las murallas del Castelo dos Mouros.
8. Si tienes tiempo, pásate por las playas de Cascais o Estoril. Si tienes aún más, baja hasta Setúbal y disfruta de las playas de arena blanca de la península de Troia.
9. Descubre la Lisboa más hippie chic; nuevos locales que se abren paso entre los establecimientos más tradicionales (¡Prometo direcciones!)
10. Escucha un fado mientras cenas, contempla el arte urbano que adorna sus edificios y déjate llevar por sus estrechas calles de adoquines.

Fotografías
1. Tranvía en las calles de Lisboa
2. Local de fado en el barrio de Alfama
3, 4, 5 y 6. Castelo de Sao Jorge, vistas y alrededores
7. Música en la calle Rua Augusta
8. En el Café A Brasileira
9 y 10. Playas en la península de Troia
11 y 12. Palacio da Pena en Sintra y vistas del pueblo
13. Pastéis de Bélem, ñum, ñum!
14. Barrio Alto

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